La copla, ese signo complejo que se comunica con voz, música y gestos. Siendo sus historias una tragedia de amor que se desarrolla, en la mayoría de los casos, en una secuencia temporal de tres minutos y que tiene como imaginario, en un alto porcentaje, el universo tópico de lo andaluz.
La copla, ese género que se mueve entre alcanfor y madres susurrando al compás de sábanas recién tendidas, que un día sirvió de merchandising para un franquismo apolillado, aunque otros defienden que la popularidad de la copla siempre fue inmensa y durante la Guerra Civil era escuchada con el mismo deleite por ambos bandos.
La copla, cuyo objetivo fundamental es conmover gracias a la intensidad lírica que tienen su base en la tradición popular y en la renovación neopopularista llevada a cabo por algunos poetas de la Generación del 27.
La copla, esa que en los últimos tiempos intenta sobrevivir de forma digna. Muchos son los artistas que intentan enaltecer el género, dándole una vuelta de tuerca, así encontramos coplas flamencas en la voz de Miguel Poveda, que se ha negado a incluir en su repertorio canciones con referencias taurinas al estilo de Francisco alegre. También Concha Buika, quien toma coplas alejadas en el tiempo y las hace parecer nuevas, como La niña de fuego. Y si de modernizar se trata es inevitable nombrar a La Shica, artista ceutí, que hace una versión de María de la O, hipermoderna. Pero en contrapunto, se da una serie de pseudocopleros con voces limitadas y ansias extremas de sobreactuar. Ellos son los que hacen que este género permanezca en una eterna crisis. La copla no necesita grandes voces, le basta sus intensas letras para conmover, pero eso sí, cantadas por artistas y no por aficionados que se niegan a quedarse canturreando bajo la ducha.
Pero si se trata de hablar de artista locales que canten copla con calidad es indispensable nombrar a Nazaret Compaz, posee todo aquello que se necesita para triunfar. Su voz suena rotunda, sensual y muy dominada. Su presencia recuerda a esas fadistas portuguesas que se dejan el alma cantando a la nostalgia, o a esas otras mujeres mexicanas que se desgarran la voz para llorar al desamor. ¿Sería meritorio que Nazaret Compaz actuara en el Teatro-Auditorio del Revellín? Ella está llevando el nombre de nuestra Ciudad por toda Andalucía, y Ceuta, tan generosa con los suyos, le corresponderá con un conciertito de feria acompañada por otros integrantes de aquel concurso de copla del que formó parte. Una acústica débil y un público mal acomodado para una de nuestras mejores artistas locales. Es una pena, no darle el lugar que le corresponde a cada uno. Ella se merece abrir temporada 2011-2012 en el Teatro-Auditorio del Revellín, sin necesidad de banda, solo un piano y su voz. Estoy convencido de que no dejaría butaca amarilla libre, pero quizá resulte demasiado arriesgado apostar por lo nuestro.
Otro asunto es el repertorio, ya me gustaría que a Nazaret le compusiera, Javier Limón, u otros compositores andaluces como Antonio Martínez Ares o Javier Rubial, pero todo llegará. De momento nos tendremos que conformar con coplas no escritas para ellas. Cuando Nazaret hace uso de este género no recuerda a nadie, mantiene su estilo, y eso es muy positivo pues nadie quiere imitadores, de todas formas la copla es mucho más amplia que Ojos verdes o Maruja Limón. Me gustaría escuchar a Nazaret interpretando canciones de Carlos Cano, aquella Habanera imposible, ese Tango de las madres locas, e incluso alguna más reivindicativa, en relación con los tiempos que corren, como la Murga de los currelantes. Nazaret puede sonar muy bien arropada por canciones que huelan a sal, con aires a guajiras y milongas, ese tipo de cantes que en voces elegantes suenan perfecto. Supongo que el pueblo de Ceuta se quedará con las ganas, pues nuestros gobernantes, aquellos que un día animaban a hacerla ganadora del concurso, pondrán miles de excusas de cualquier índole. Yo desde este blog reivindico a Nazaret Compaz, y aunque no la conozco personalmente, me gusta como artísta, a pesar de que no cante el género musical que suelo escuchar. No obstante, me siento orgulloso de que sea ceutí.
Es que de verdad, Nazaret Compaz, ya debía haber actuado en el Auditorio, se lo merece por su categoria como artista, como finalista de un programa de máxima audiencia en Andalucia, en el cual ha paseado hasta la saciedad el nombre de Ceuta, y por su arte y su maravillosa forma de interpretar la copla, aunque es cierto que en los registros de las canciones de Carlos Cano, ha hecho versiones maravillosas, que han sido reconocidas como las mejores que se han hecho hasta el momento.
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