HACE FALTA TODA UNA TRIBU PARA EDUCAR A UN NIÑO

Tras las III Jornadas ARCE, al CPR le queda claro que es una necesidad seguir apostando por implicar a toda la sociedad para educar. De nuevo, volvemos a escuchar el concepto de Comunidades de Aprendizaje, que de tan sencillo, resulta difícil de explicar. Se trata de un sistema educativo que conlleva la transformación social y cultural de un centro  y de su entorno mediante una educación integrada, participativa y permanente, basada en el aprendizaje dialógico. En un principio, no tendría que resultar complicado  poner en marcha este tipo de educación en los centros de Ceuta, incluso conozco  algún centro en el que se está realizando de forma cooperativa la inmersión en este tipo de proyectos, pero creo que sólo se basan en la participación; esta es imprescindible para conseguir el objetivo de una educación de calidad que supere la exclusión social. El aprendizaje no queda sólo en manos de los docentes, sino que participan todos los agentes educativos posibles: profesorado, alumnado, familia, voluntariado, instituciones y asociaciones vecinales. De aquí el lema utilizado por ARCE “Hace falta toda una tribu para educar a un niño”

Pero la participación no es único requisito de esta fórmula educativa, se debe tratar al mismo nivel la centralidad del aprendizaje, es fundamental en este proceso que se consiga que todos los participantes desarrollen al máximo sus capacidades, a través del aprendizaje dialógico se pueden optimizar. A diferencia de las habilidades académicas, las habilidades comunicativas se aprenden a través de una relación entre iguales cuyo objetivo es entenderse, actuar en el entorno entre iguales y resolver cooperativamente una situación problemática. De nuevo en este blog hacemos uso de la competencia comunicativa como recurso indispensable para una mejora tanto del aprendizaje como del día a día de cualquier ciudadano. Dicha competencia es el reclamo que posibilita una mejora social, se debe apostar por ella con una nueva metodología de aprendizaje donde lo importante no sea el análisis de una lengua sino el dominio y la práctica de ella.  Lo que no entiendo es que si después de tantos años de reflexión se tiene claro qué es lo que se debe mejorar por qué se siguen cometiendo los mismos errores.

Educar se está convirtiendo en un objetivo altamente complicado, lleno de reflexiones y escasas movilizaciones. Creo en los asesores del CPR, pues están demostrando un continuo trabajo que quizás les falta terminar de ejecutar, pero que poco a poco toman conciencia de lo que sería correcto a la hora de educar. Ahora es necesaria la colaboración de las diferentes instituciones, aquellas que luego se aplauden cuando conocen la leve mejoría educacional de Ceuta pero que a diario hacen uso de la negación. Todo no es presupuesto, la mejor formación de los formadores no implica grandes gastos, es necesario que conozcan proyectos como los de las Comunidades de aprendizaje y dominen perfectamente la competencia comunicativa.