lunes, octubre 31, 2011

LA COMPAÑÍA BENAVENTE DEJA PEQUEÑO NUESTRO AUDITORIO


La Compañía de Teatro Benavente, dotada de numerosas consideraciones por todos los éxitos cosechados durante su larga carrera, hizo que nuestro Auditorio-Teatro Revellín pareciera minúsculo; un cartel de completo es el mejor premio que puede obtener la cultura en estos tiempos de contrariedades económicas.

La Compañía madrileña presentó un repertorio considerado por la crítica como “Teatro amable”, que no deja de ser un teatro obsoleto dirigido a un público sénior que pretende recordar aquellas comedias que un día hicieron reír a todo un país y que ahora sólo consiguen dejar buen sabor de boca al inmortalizar a los grandes maestros de la escena española. Lo que deja a una obra apolillarse no es el tiempo, si fuera esta la causa, sería imposible ver en escena las grandes tragedias griegas que parecen estar más de moda que nunca. Tal vez, la causa sea un mal efecto de actualización, un propósito de vivir de lo vivido. Resucitar obras que ya se representaron con mucho éxito en los años 60 y 70 es complicado, el concepto de humor ha cambiado, incluso el de drama. Ahora, somos incapaces de reírnos de lo que antes nos hacía gracia, y además, estamos cansados de seguir penando por aquello que un día lloramos.

Con Una Nochebuena de infarto se inauguró este festival de otoño, una comedia de enredos basada en el placer incontrolable que produce la mentira, su protagonista llevada a escena por Aurora Romero, regaló una gran capacidad para hacer desbordar carcajadas, principal motivo para que el Auditorio disfrutara, a la vez que aprendiera que la verdad y la mentira son armas de doble filos. Como cierre de este fin de semana, que comenzó en jueves, se representó ¡Que viene mi marido!, una comedia grotesca de Carlos Arniches, un dramaturgo que hace uso de la comicidad para realizar críticas sociales, con esta obra refleja los límites que se pueden sobrepasar por adquirir una herencia, pero Luis Gaona, bajo su personaje aportó la lección moral, además de desbordar simpatía y un dominio absoluto del escenario representando a un muerto muy vivo. El plato fuerte se dejó para el día intermedio, La malquerida de Jacinto Benavente, un drama rural donde las grandes pasiones encarnadas en relaciones incestuosas desembocan en el elemento trágico del amor imposible, que inevitablemente concluye en muertes inmerecidas. Fue Aurora González, fundadora de la compañía y primera actriz, la encargada de recibir los numerosos aplausos de un público conmovidos por el dolor del argumento, pero aturdidos por interpretaciones desmedidas y una pérdida total del texto que imposibilitó una buena recepción. Aún así, el público ceutí, ya sea por cumplido, ya sea por poco exigente, regaló muchos minutos de aplausos a una compañía que se desenvuelve perfectamente en lo cómico, sin embargo en lo dramático calienta pero no termina de quemar.

Sin duda, el espacio escénico del Revellín ha sido un regalo inmenso, dota a las representaciones de una calidad sonora maravillosa y una perspectiva excelente desde cualquier butaca. Evidentemente ha sido el efecto oportuno para que el público de Ceuta, acuda, disfrute y valore la cultura como uno de los bienes más preciado de nuestra sociedad, todo ello demuestra que el teatro está de moda.

lunes, octubre 24, 2011

EL FONTANERO MATA DE RISA EN EL REVELLÍN


Cedida por Álvaro Moreno Galán 

La muerte suele ser el elemento ficcional más dramático, capaz de estremecer a cualquiera que asista a su proceso, pero qué ocurre si la obra es una comedia titulada Mi Mujer es el Fontanero, pues que la muerte se convierte en el recurso quimérico para matar de risa al público asistente. El Centro Dramático ha apostado por esta comedia de enredos, con la intención de distraer, divertir e incluso hacer olvidar la situación tan desalentadora a la que estamos sometidos, motivos más que suficientes para conseguir desbordar el Auditorio del Revellín dejando apenas butacas libres, que bien hubieran podido ser ocupadas si los inquilinos de nuestro ayuntamiento apoyaran la cultura ceutí, se rieran con nosotros y dejaran de mofarse de nosotros.
En contra de lo que muchos piensan, la comedia no es fácil de ejecutar, en primer término porque queda rota la cuarta pared con la introducción de las carcajadas que pueden servir de aliento para los actores o de obstáculos para el entendimiento del texto. Y en segundo término, el humor es relativo y corre el riesgo de ser hilarante, en el mejor de los casos, o quedarse en un mal chiste, en el peor. Pero recurrir a Hugo Marcos, es apostar por el humor comprensible, con un lenguaje cargado de eufemismos, alejado del comentario soez y la parodia chusca. Manuel Merlo ha sabido adaptar la obra casi a la perfección, con este casi aludo al enfoque de Maite, uno de los personajes que debiera caracterizarse por su timidez y dulzura, sin embargo optó por un registro más histriónico, que Olga Martí acompañó con aspavientos y un tono más característico de la presentación de una gala local que de una enamorada capaz de creerse la situación a la que Carlos, protagonista de la historia, estaba siendo sometido. Realmente el éxito de este tipo de comedia radica en la transmisión actoral, y los protagonistas estuvieron entregados, Mariano Catarecha -Carlos-, pensé que sería el talón de Aquiles del elenco, pero en muchas ocasiones la oportunidad da sorpresas agradables, y en este caso fue así, supo llevar el peso de la obra, siendo el receptor de las numerosas entradas de los personajes y manteniendo el registro durante toda la representación, puede que le falte comicidad si lo comparamos con su partener, Iván Martín -el fontanero-, bueno el fontanero que por un desafortunado suceso se ve poseído por la mujer de Carlos, muerta a causa de un accidente. Sin duda, fue la estrella de la noche, midiéndose en un constante cambio de género que hizo las delicias de un público que no paraba de reír cada vez que aparecía en escena.
Me gustaría destacar algo que en muchas ocasiones pasa desapercibido; la escenografía. En esta representación era esencial que desde cualquier ángulo del teatro se vieran las cuatro puertas que daban el juego de las entradas y salidas de los personajes, algo complicado que el Centro Dramático salvó con una estructura casi poliédrica que permitía el dinamismo, además apostaron por una decoración actual, necesaria para acompañar a la contemporaneidad de Hugo Marcos  y todo ello con un objetivo claro: reír. No miento si digo que prefiero cualquier tipo de género antes que una comedia, pero como dice Sabina “Quién supiera reír, como llora Chavela”, y en eso estoy, aprendiendo a reír.

sábado, octubre 15, 2011

CHARLANDO CON EL DIRECTOR TEATRAL, MANUEL MERLO

El Centro Dramático de Ceuta nos trae para la noche del sábado 22 de octubre, Mi Mujer es el fontanero, una comedia del Hugo Marcos y dirigida por Manuel Merlo que podremos disfrutar en el Teatro Auditorio Revellín. La obra clasificada dentro del género de enredo, la describe su director como desbordante de comicidad. Sin intención de adelantar nada que pueda estropear el encuentro con la función, desde El Cultural de Ceuta queremos invitar a su asistencia, para que luego puedan compartir sus críticas en este espacio cultural.

En un encuentro virtual con Manuel Merlo, hemos podido realizarle algunas preguntas que nos acercan a la elección de la obra y a algunos asuntos que tienen que ver con el Teatro. 

Supongo que es complicado apostar por una obra u otra ¿Cuáles son las condiciones que te llevan a decidir qué representar en escena? ¿Qué has visto en la obra de Hugo Marcos para decidirte por ella?
Primero que está muy inteligentemente escrita. Hugo Marcos es un maestro del enredo. Crea unas situaciones hilarantes y las conecta con otras sin dar tiempo a respirar y se ajustaba mucho a lo que estábamos buscando.
Después de representar un drama como Todos eran mis hijos con gran éxito, ¿Por qué una comedia? ¿El público de Ceuta te pide comedias? ¿Qué aporta la comedia al público?
Hacía tiempo que el público que asiste a nuestras funciones lo venía pidiendo. Nuestros actores también. Y en cuanto a lo que aporta es sencillo, ganas de pasárselo bien sin otras complicaciones. No hay más motivos.

La comedia, sin duda alguna, es la representación más difícil de realizar, se basa mucho en medir perfectamente los tiempos donde el público interactúa con las carcajadas ¿Cómo mides dichos tiempo, sabiendo que sólo la pondrás en escena una vez y no habrá tiempo para modificar?
Ahí debo confesar que correremos un gran riesgo, ya que eso no se puede medir y la acción debe continuar, por lo que imaginamos que habrá algo del texto que corre el peligro de que se pierda, y en cuanto a que es lo más difícil, estoy totalmente de acuerdo. Hacer reír no es nada fácil.
Hace escasos días, Mabel Deu, explicaba el por qué de que las obras sólo se representen un solo día, aludió a causas como la variedad, la oportunidad de todos los artistas locales, y algunas cuestiones económicas ¿Echas de menos la época donde se podía representar la misma obra más de un día?
Yo antes ya venía echando de menos el poderle sacar a las producciones al menos de diez a veinte representaciones, así que con una te lo juegas todo, amén que siempre un estreno está lleno de nervios por parte de todos los integrantes de la función, ya sean técnicos o actores.
Hablando de políticos ceutíes, y más allá de ideologías y partidos, ¿Existe algún político que nunca se pierda las obras de teatro por puro amor al arte y no por obligaciones adquiridas con su cargo?
Hay algunos, muy pocos que asisten a los actos culturales y efectivamente por amor al arte, se podían contar con los dedos de una oreja como decía un amigo mío.
Puede que sea un poco demagogo pero, ¿Cómo podría hacerse llegar la comedia al público que no es público, es decir aquel que se queda en sus casas porque no pueden pagar la entrada en estos tiempos de crisis? ¿Crees que el público que asiste al Teatro de Ceuta son los que necesitan reírse o son los que deben hacer una reflexión sobre la época en la que vivimos?
Es muy difícil que con los precios que se manejan, alguien pueda quedarse sin ver la función, ya que para un sector muy amplio de la población hay descuentos del cincuenta por ciento. Y una reflexión se puede sacar incluso de un chiste mal contado.
Hace menos de un mes salió publicada la subvención que el Centro Dramático recibe de los ciudadanos de Ceuta y que en cierta forma le asegura al menos salir a escena tres veces al año, y aunque es un poco vulgar preguntar sobre dinero, ¿Cómo administra dicha subvención el Centro Dramático?
Pues como se administran todas las subvenciones, viendo lo que es más necesario primero, materiales, gastos de funcionamiento, biblioteca, medios audiovisuales. Y luego si se analizan las funciones de cada año se verán que algunas precisan de vestuario, escenografía, iluminación, materiales y publicidad más caros, amén del número de personas que intervenga. No hay que olvidar que lo que se hace cada vez es un estreno, por lo que hay mucho donde gastar.
Y ahora, desde una perspectiva más personal, y después de tantas obras representadas y tantos años de lucha, ¿Cómo mantienes la ilusión por el teatro? ¿Has pensado alguna vez en dejarlo?
Quien me conoce, sabe de una frase que repito a menudo; para mí el teatro es una enfermedad incurable que a veces hasta llega a ser contagiosa. Comencé a los 17 años y desde entonces no he parado, estando a punto de cumplir los 62, muchas noches pienso que la ilusión es más fuerte que al principio y que quedan tantas cosas por hacer y tantos sueños que cumplir… Alguna vez tiré la toalla y fueron mis propias hijas y mi mujer la que me animaron a cogerla de nuevo y a seguir.
Yo siempre he escuchado a los que no me han adulado, porque de halagos no está hecha la evolución ¿Una vez realizado el trabajo, importa la publicación de una crítica? ¿Tiene sentido la existencia de este blog, que sólo intenta divulgar la cultura ceutí, más allá de influencias políticas, amiguismos y otros factores que censuran en ocasiones la libre opinión?
Tiene muchísima importancia, los que nos dedicamos a estas actividades siempre hemos echado de menos el ver en la prensa algún análisis de lo que se ha realizado, sea positivo o negativo. Que sea muy bienvenida y que se critique el trabajo que se ha realizado, y así quedará constancia de nuestro paso por las tablas de Ceuta o de otros sitios. Ánimo y a seguir con ello.
Por último, ¿Qué te queda por decir para que la gente se anime y asista a ver Mi mujer es el fontanero?
 Que si quieren pasar uno de los momentos más felices del año, asistan a la función, porque las risas distraen, enseñan y curan…

Para acabar, desear al Centro Dramático de Ceuta mucha suerte y agradecerle a Manuel Merlo que haya querido contestar a cada una de las preguntas que se le ha realizado sin ningún tipo de problema. ¡Mucha mierda! Y espero que nos visiten después del día 22 para leer la crítica.
Un cordial saludo