viernes, mayo 20, 2011

ANÁLISIS COMUNICATIVO DE NUESTROS POLÍTICOS DURANTE LA CAMPAÑA ELECTORAL

Según Eugenio Coseriu, los discursos políticos no constituyen una clase por su forma o estructura lingüística, sino sólo por su contenido extralingüístico. Se niega, en consecuencia, la posibilidad de que exista un lenguaje político con el fundamento de que existen “usos políticos” del lenguaje desde presupuestos ajenos a la lingüística.  Ante la dificultad que supone calificar a priori de político un lenguaje, y por ende, un discurso, partiendo de la enumeración de los términos que lo componen o por cierto tipo de argumentos o de temas, nos atendremos a una definición empírica: es político todo discurso efectivamente utilizado en situaciones políticas en las que el sujeto, el locutor que lo emite, pretende de los auditores una lectura política.
El periodo electoral es el tiempo en que los protagonistas o locutores concurrentes en las elecciones sirviéndose de la persuasión y de la polémica como técnicas retóricas, se enfrentan verbalmente y emiten discursos construidos a las medidas de un destinatario múltiple. Evidentemente, se trata de un discurso estratégico que intenta convencer y conmover, cuyos objetivos prioritarios son la llamada al voto y por otro lado, conseguir que voten a X y no a Y.
Aún siendo un discurso estratégico y concienzudamente preparado siempre hay elementos definitorios que dejan escapar a la hora de la comunicación con sus destinatarios. Esta entrada pretende mostrar un pequeño análisis comunicativo de nuestros representantes políticos en la campaña electoral, eligiendo para ello los debates televisados. En ningún caso se atiende a los contenidos que presentan, no porque no fueran interesantes sino porque lo que nos interesa es analizar el papel comunicativo sin afectaciones ideológicas.
Las primeras características que comparten Juan Jesús Vivas Lara, José Antonio Carracao y Mohamed Alí son la ambigüedad discursiva y la polisemia, ya que son inherentes al léxico político. También es característico el uso de estructuras subordinadas que otorgan formalidad y las constantes repeticiones del mismo contenido con diferentes expresiones. Pero no podríamos basarnos simplemente en el análisis del lenguaje verbal, mucho más importante es el no verbal; gestos, miradas e incluso, la actitud ante su destinatario.

Juan Jesús Vivas Lara:
§  La actitud que caracteriza su forma de comunicar es la humildad desmedida, es satisfactorio que no le acompañe la soberbia en sus exposiciones, pero corre el riesgo de transmitir inseguridad cuando de antemano va pidiendo perdón antes de comenzar a exponer.
§  Domina el medio, son muchos los años que lleva trabajándolo, por ello no tiene grandes problemas a la hora de expresarse mediáticamente.
§  En cuanto al ritmo comunicativo es demasiado constante y su tonalidad algo monótona que puede llevar al aburrimiento del destinatario.
§  Su mirada, no la fija en ningún punto concreto como intento de dominar todo lo que ocurre a su alrededor. Cuando se siente atacado esquiva la visión para evitar el enfrentamiento.
§  El movimiento de sus manos acompaña a sus palabras, indican y recalcan sin desentonar. Cuando se siente más nervioso toma entre sus dedos objetos como intento de relajarse.
José Antonio Carracao:
§  La actitud que caracteriza su forma de comunicar es altamente consecuente, crea momentos de tensión que hace que el discurso no sea aburrido, pero no supo mantenerlo hasta el final, se fue desinflando, dando la sensación de inseguridad, ya sea por no haber expresado todo lo que quería o por un cierto cansancio.
§  Domina vocabulario, expresiones y usos políticos. Debería desprenderse de coletillas como ¡Mire! cada vez que quiere captar la atención de su oponente.
§  El ritmo de la comunicación es correcto, con buena vocalización.
§  Su mirada es algo extrema, es decir, en ocasiones aparenta presunción fijándola en demasía, pero en otros momentos se presta a la inseguridad, algo perdida, con poca intensidad.
§  Corporalmente algo rígido, sus manos excesivamente tensionadas. Demuestra constantemente estar escuchando cuando sus oponentes hablan.
Mohamed Ali:
§  La actitud que caracteriza su forma de comunicar es la vehemencia descontrolada, es positivo en cuanto que da la sensación de expresar verdad tras verdad, pero negativo en cuanto que se encuentra en una posición combativa constante.
§  Su dominio del medio es menor. Sus expresiones a la hora de rebatir son muy informales, algo que lo hace más cercano a un destinatario no iniciado en el ámbito político pero desmerece sus aportaciones.
§  Su ritmo comunicativo mantiene la tensión del discurso, pero debería corregir su vocalización, y la nasalización en las terminaciones de las frases.
§  Su mirada es intensa, no muestra debilidad y mantiene al oponente en constante nerviosismo.
§  Movimientos desenfadados. Deja ver su nerviosismo cuando en ocasiones duda sobre el uso de sus manos, hace intentos de adquirir algún que otro objeto pero no lo hace.
Esto es un simple análisis de la competencia comunicativa de tres personas dedicadas a la política que deberían tener en cuenta que no sólo deben ser ejemplo en sus comportamientos sociales, también deberían mostrar un mejor dominio de la competencia comunicativa, es decir, una mayor capacidad para comportarse de manera eficaz y adecuada en una determinada comunidad de habla; ello implica respetar un conjunto de reglas que incluye tanto las de la gramática y los otros niveles de la descripción lingüística (léxico, fonética, semántica) como las reglas de uso de la lengua, relacionadas con el contexto sociohistórico y cultural en el que tiene lugar la comunicación.

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