El Centro Dramático, bajo la dirección de Manuel Merlo, ha hecho imaginar un posible entierro de Federico García Lorca en tan sólo 90 minutos de sublime poesía, algo que muchos de sus seguidores andan soñando desde el mismo día que lo fusilaron dando por deshonrosos motivos su tendencia política y su condición sexual. Ahora, tratar de darle sepultura a su cuerpo, que debe encontrarse perdido entre los barrancos de Víznar y Alfacar, no resulta ningún reclamo, a pocos les interesa revivir situaciones ya pasadas, por eso solo queda ofrecerle homenajes tan vanguardistas como Anochecer Lorquiano. Un espectáculo multidisciplinar donde se ha podido disfrutar de innumerables imágenes, gracias a la tecnología, que en ocasiones da una de cal y otra de arena, evitando la perfección absoluta para recordar a un Lorca dispuesto a morir para poder renacer en cada uno de los versos que susurraron los actores de Ceuta.
Nuestros actores pasearon por el escenario a los personajes más rebeldes de Federico de forma muy acertada, desde la autoritaria Bernarda Alba hasta una dislocada Yerma, pasando por una simpática Zapatera, pero si uno de sus personajes destacó sobre las tablas, ese fue Mariana Pineda, interpretado de forma magistral por Chus Albarracín, actriz capaz de emocionar introduciendo un mínimo suspiro entre la pausa de unos versos que no pueden ser más sencillos de sentir y más complicados de verbalizar; Y en la noche platinoche, noche que noche nochera…, y todo ello ondeando con sus manos la bandera de la libertad. Exigir más verdad sería imposible porque la emoción cortaba el aire, el público entregado no dudó en aplaudir de forma constante cada una de las aportaciones realizadas. Pero no solo a esta sensación onírica contribuyeron los actores, también el cuerpo de baile aportó esa fusión que siempre se discute necesaria en los versos del poeta; lo ancestral y lo contemporáneo. Y por si fuera poco, la escena contaba con Antonio Mejías, cantaor en alza tras conquistar el XIX Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, su voz limpia no dificultó para nada que los asistentes menos acostumbrados al disfrute de cualquier palo flamenco pudieran entender cada una de las palabras que brotaban de su boca, pero si tuviera que elegir un instante de sus intervenciones me quedo con la interpretación de Los Peregrinitos. Como réplica a la necesaria fusión que anteriormente comentaba, la extraordinaria aportación del cantautor Fco Luis Jiménez -Chiki-, me dejó con infinitas ganas de volver a escuchar esa versión tan particular de Anda Jaleo, que algún día espero saciarlas.
Conmemorar el 75º aniversario de la muerte de Federico García Lorca ha sido un regalo para todos los que admiramos su obra, este recorrido secundado por el buen conocimiento de sus composiciones y la capacidad de degustar con tanta delicadeza sus versos hacen de Ceuta un lugar donde poder admirar la cultura en mayúsculas. Supongo que pasará algún tiempo antes de que su legado vuelva a resonar en el Auditorio del Revellín con tanta calidad, admiración y creatividad, hasta entonces, quede su alma vieja y mística de estrella a estrella, de brisa a brisa.
Nuestros actores pasearon por el escenario a los personajes más rebeldes de Federico de forma muy acertada, desde la autoritaria Bernarda Alba hasta una dislocada Yerma, pasando por una simpática Zapatera, pero si uno de sus personajes destacó sobre las tablas, ese fue Mariana Pineda, interpretado de forma magistral por Chus Albarracín, actriz capaz de emocionar introduciendo un mínimo suspiro entre la pausa de unos versos que no pueden ser más sencillos de sentir y más complicados de verbalizar; Y en la noche platinoche, noche que noche nochera…, y todo ello ondeando con sus manos la bandera de la libertad. Exigir más verdad sería imposible porque la emoción cortaba el aire, el público entregado no dudó en aplaudir de forma constante cada una de las aportaciones realizadas. Pero no solo a esta sensación onírica contribuyeron los actores, también el cuerpo de baile aportó esa fusión que siempre se discute necesaria en los versos del poeta; lo ancestral y lo contemporáneo. Y por si fuera poco, la escena contaba con Antonio Mejías, cantaor en alza tras conquistar el XIX Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, su voz limpia no dificultó para nada que los asistentes menos acostumbrados al disfrute de cualquier palo flamenco pudieran entender cada una de las palabras que brotaban de su boca, pero si tuviera que elegir un instante de sus intervenciones me quedo con la interpretación de Los Peregrinitos. Como réplica a la necesaria fusión que anteriormente comentaba, la extraordinaria aportación del cantautor Fco Luis Jiménez -Chiki-, me dejó con infinitas ganas de volver a escuchar esa versión tan particular de Anda Jaleo, que algún día espero saciarlas.
Conmemorar el 75º aniversario de la muerte de Federico García Lorca ha sido un regalo para todos los que admiramos su obra, este recorrido secundado por el buen conocimiento de sus composiciones y la capacidad de degustar con tanta delicadeza sus versos hacen de Ceuta un lugar donde poder admirar la cultura en mayúsculas. Supongo que pasará algún tiempo antes de que su legado vuelva a resonar en el Auditorio del Revellín con tanta calidad, admiración y creatividad, hasta entonces, quede su alma vieja y mística de estrella a estrella, de brisa a brisa.
Los peregrinitos fueron espectaculares, muy bonito todo, me ha gustado mucho que el centro dramatico haya dado la oportunidad de actuar a gente joven que deslumbró en el escenario :D
ResponderEliminarEnhorabuena a todos los componentes del Centro Dramático, en esa noche nos hicieron sentir la figura de Lorca a través de la poesía, la imagen, los gestos y el cante.
ResponderEliminarEnhorabuena a todo ese elenco de actores y actrices, y a esa gran plataforma. En especial a la Sra. Albarracín.
ResponderEliminarEnhorabuena a todo ese elenco de actores y actrices, y a esa gran plataforma. En especial a la Sra. Albarracín.
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