Hacía años que no disfrutaba de las Fiestas Patronales de mi ciudad, bien por motivos emocionales, bien por excusas vacacionales, pero este año deseaba vivirla con la intensidad que me permite el control de excesos, y la naturalidad de trabajar cada día sin importar que sea feria porque el tiempo, los sueldos y la crisis no descansan para rendir culto a nuestra morena patrona, revestida, en pleno verano, con un manto donde anidan antiguas aves guerreras como explica Javier Cherllarám, usual articulista de El Pueblo de Ceuta que dada la intensidad con la que relata la historia de tal pajarraco parece haberlo cosido él con sus propias manos. Sin ningún tipo de acritud, he de confesar que admiro a las personas que al escribir, comentar o expresar sus ideales les ponen verdad, aunque no comulgue con esa verdad. Este ejemplo de la Virgen refleja la posesión de una idiosincrasia que se encuentra perpetuada por numerosas contrariedades que jamás terminaré de comprender, pero sólo me queda aceptarlas y gritar desde mi nula fe cristiana ¡Viva la Virgen de África! ¡Viva Ceuta!
Me gustaría hacer un pequeño recorrido por todos aquellos asuntos festivos que han captado mi más absoluta atención, por ejemplo los conciertos: Sé que Malú no entraba dentro del cartel de feria pero a mi parecer rompió el hielo e inauguró todo este periodo jaranero. La polémica estaba servida, ninguno de los relatos periodísticos comentaba la calidad del espectáculo, el perfecto sonido o la entrega más absoluta de la artista haciendo una peregrinación por todos sus éxitos, que son muchos. No obstante, lo que le interesó a los medios fue su negativa a realizar entrevistas o compartir fotos para calendarios solidarios. Por un lado, entiendo que hay cosas que no dependen de los artistas sino de las compañías que los dirigen, y por el otro, tengo la seguridad de que esta chica no se caracteriza por su simpatía, quizá sea causado por una intensa timidez, no lo sé. Pero creo firmemente que cuando se contrata a una estrella no deberíamos exigirles lo que nosotros no somos, si vamos a comprar pan, no pedimos que nuestro panadero colabore con UNICEF, evidentemente no. Sólo queremos que el pan esté calentito. Es una lástima dejar de esperar cosas de los otros, pero nuestra permisividad para con uno mismo se ha de extender a los demás, y lo dejo aquí porque me temo que terminaría escribiendo una homilía dominical.
Días después, Pablo Alborán, con numerosas entradas vendidas hizo las delicias de adolescentes, que por su edad aún creen que al desamor se le puede cantar entre sonrisas. Este malagueño tiene una voz espectacular, con unos melismas que hacen disfrutar a todos aquellos que amamos el flamenco aunque sea fusionado con pop. Desde mi punto de vista, le sobraban los músicos, hubiera bastado él y su guitarra, así es como se dio a conocer en Youtube. Hubo numerosos fallos de sonidos y luces, la electricidad temblaba en Ceuta; luces de feria, luces de Ramadán, cacharritos, puestos, y además el concierto, era demasiado, en un momento determinado le comenté aterrorizado a mis amigos ¡Ceuta explota!.
Luego, llegó el turno de Medina Azahara, me encantó verlos pasear por las calles, disfrutando de Ceuta y de su belleza marítima. En el Faro de Ceuta se publicó una fantástica entrevista realizada por Nacho Gallego que recogía la madurez de una banda que gusta a todo tipo de público y que muchas de sus canciones forman parte de la banda musical de nuestras vidas, por eso eran muchos los padres que aplaudían acompañados de sus hijos. Por colaborar con la economía, aunque sea lingüística, pocas palabras para la valoración: un excelente concierto, y una excelente apuesta de aquellos que toman las decisiones.
En cuanto a los artistas locales, esos que han cedido a cobrar unos honorarios muy escasos, comulgando con ruedas de molino por el más absoluto bien de la ciudad, deben confiar en Salvador Jaramillo porque el año que viene la feria será un completo escenario cuyos protagonistas serán únicamente nuestras estrellas, sí, esas que repiten un repertorio coplero una y otra vez, ¡variedad paisanos, variedad!. Por cierto, hablando de timos, el hilo musical, el que muchos periodistas se empeñan en alabar, no se ha cumplido, es más, precisamente ayer podía comprobar con mis propios ojos a Jaramillo bailando salsa, típico de feria, claro de ferias caribeñas, en la caseta de RTVCE a la una y media. Normal, creo que no tiene ningún sentido escuchar a María del Monte con la voz de veinteañera, pero aún así quieren vender la moto de que dicha imposición ha funcionado, cuando no es verdad. Para que nadie piense que estoy obsesionado con Jaramillo y con las sevillanas, le felicito por hacer de las casetas un lugar donde respirar libremente, por coordinar, si esa es su función, a todos los equipos humanos, Policía, Cruz Roja, Urbaser …, que hacen de nuestras fiestas patronales, un lugar seguro, limpio y donde pasar grandes momentos. ¡Gracias!
También, me gustaría darle las gracias a RTVCE por acercar la feria a todas aquellas personas que por los motivos que sean no pueden asistir, eso sí, deberían dotar las emisiones de más calidad, menos improvisación y más preparación. Tomar conciencia andaluza, como les aconseja su exiguo compañero, y contratar a reporteras con gracia, que no tengan que buscar chistes en los demás para llenar de forma divertida las conexiones. Siento ser crítico pero es con intención constructiva, también puedo ser benevolente y reflejar sólo lo positivo, pero no tendría razón de existencia este blog. Lo mejor del programa de feria, la bailarina ceutí, creo recordar que su nombre es Natalia, me dejó sin palabras cuando la vi el primer día bailar por alegrías con bata de cola, impresionante, es el claro ejemplo del talento de nuestra tierra. También agracedí la naturalidad de algunos políticos charlando de forma distendida, e incluso, con cierta gracia como es el caso de Yolanda Bel, en cambio, Vivas aburre hasta la saciedad.
Podría seguir comentando muchas más cosas, positivas como la gastronomía de las casetas, felicito la vuelta de la tortilla casera sin previa congelación, los pimientitos, las berenjenas con miel que tanto me recuerda a Málaga, y por supuesto, destacar la innovaciones culinarias de algunas casetas como La Capea. También negativas, como la decisión de deslucir las cabalgatas multiusos con el cambio de recorrido. Pero estas son nuestras Fiestas Patronales, por eso debemos potenciar lo que nos gusta, y cambiar aquello que no está bien hecho, desde el trabajo y la pura autocrítica, ¿Existe dicha capacidad?
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