Esta entrada la elaboro casi como una obligación moral, dado los acontecimientos que han provocado mis últimos artículos publicados, los cuales parecen haber encendido mechas aparentemente adormecidas que absolutamente nada tienen que ver con El Cultural de Ceuta. Después de haber recibido numerosos mensajes privados y públicos, he llegado a la conclusión que escribir en un espacio puede traer consecuencias no buscadas. Desde este blog queremos indicar que no participamos de ningún tipo de polémicas porque estas no son nuestro negocio, a pesar de ello, hemos tenido que sobrellevar críticas, algunas positivas y otras negativas, rozando la amenaza virtual y todo por escribir algunos artículos en los que no se insulta, ni se desmerece a nadie, se opina de forma educada, y así ha sido entendida por los nombrados. De todas formas asumimos que el crítico que critica puede ser criticado.
Cuando cursé mis asignaturas de Crítica durante la licenciatura, me enseñaron una serie de reglas que intento mantener para no dañar a nadie, además estas indicaciones siempre me recuerdan quién soy y hasta dónde puedo llegar en esta función totalmente gratuita y realizada por amor al arte:
El crítico debe ser lo más objetivo posible, dentro de la subjetividad que implica la experiencia estética. No debe alabar al amigo por el simple hecho de serlo, y tampoco humillar al enemigo como fin personal ayudado por el medio público donde se exponga la crítica. Perdería total credibilidad si comulgara con estas intenciones, y como Ceuta es muy pequeña y casi todos nos conocemos, evito poner mi nombre, no por cobardía o absurda vergüenza, lo hago para poder seguir escribiendo con total libertad y que nadie piense que elaboro los documentos con cualquier otra finalidad que no sea la difusión cultural.
El crítico debe ofrecer visiones de conjunto del campo a tratar y debe ser consciente de su marco axiológico, de su escala de valores que muchas veces debe explicitar. Debe saber que cuando analiza, interpreta y juzga debe argumentar rigurosamente, y para ello debe formarse todo el tiempo.
Es función del crítico transmitir pasión, predicar con el ejemplo, conmover. Invitar al rechazo, al placer y a las discusiones (el intelectual discute, debate pero no polemiza). Debe mantenerse en constante lucha contra los prejuicios y clichés.
El crítico es un constructor de lecturas que brinda con sus consideraciones mucho más que información. Para informar están los periódicos, por ejemplo durante el fin de semana hemos podido encontrar numerosas reseñas de La Mujer de Negro, que se basaban en comentar el argumento y el número de asistentes, pero ninguna de ellas una valoración de la obra.
Una crítica no es un resumen. Se debe evitar por todos los medios desvelar el argumento, ofreciendo todas las características que puedan descubrir la intriga de la obra. El último caso que se ha destripado el argumento por parte de la crítica ha sido con La Piel que habito, de Almodóvar. Una pena porque no hay nada más placentero que enfrentarse a la creación desde el desconocimiento.
Para concluir me gustaría pedir disculpas por si alguien se ha sentido mal con cualquiera de las entradas, porque nunca ha sido la finalidad, pero cada uno lee lo que quiere leer y sólo aquellos creadores que aceptan la crítica, y al leerla son capaces de mejorar los fallos sin culpar al crítico serán los que alcancen a vivir de su creatividad. Agradezco a La Compañía de César Martín, al Centro Dramático de Ceuta y a ConMedia Farsa por no participar de este juego que algunos quieren crear y que sólo consiguen manchar la cultura ceutí. Yo desde este blog seguiré contribuyendo a la difusión del teatro y otros acontecimientos culturales de Ceuta.
Cuando cursé mis asignaturas de Crítica durante la licenciatura, me enseñaron una serie de reglas que intento mantener para no dañar a nadie, además estas indicaciones siempre me recuerdan quién soy y hasta dónde puedo llegar en esta función totalmente gratuita y realizada por amor al arte:
El crítico debe ser lo más objetivo posible, dentro de la subjetividad que implica la experiencia estética. No debe alabar al amigo por el simple hecho de serlo, y tampoco humillar al enemigo como fin personal ayudado por el medio público donde se exponga la crítica. Perdería total credibilidad si comulgara con estas intenciones, y como Ceuta es muy pequeña y casi todos nos conocemos, evito poner mi nombre, no por cobardía o absurda vergüenza, lo hago para poder seguir escribiendo con total libertad y que nadie piense que elaboro los documentos con cualquier otra finalidad que no sea la difusión cultural.
El crítico debe ofrecer visiones de conjunto del campo a tratar y debe ser consciente de su marco axiológico, de su escala de valores que muchas veces debe explicitar. Debe saber que cuando analiza, interpreta y juzga debe argumentar rigurosamente, y para ello debe formarse todo el tiempo.
Es función del crítico transmitir pasión, predicar con el ejemplo, conmover. Invitar al rechazo, al placer y a las discusiones (el intelectual discute, debate pero no polemiza). Debe mantenerse en constante lucha contra los prejuicios y clichés.
El crítico es un constructor de lecturas que brinda con sus consideraciones mucho más que información. Para informar están los periódicos, por ejemplo durante el fin de semana hemos podido encontrar numerosas reseñas de La Mujer de Negro, que se basaban en comentar el argumento y el número de asistentes, pero ninguna de ellas una valoración de la obra.
Una crítica no es un resumen. Se debe evitar por todos los medios desvelar el argumento, ofreciendo todas las características que puedan descubrir la intriga de la obra. El último caso que se ha destripado el argumento por parte de la crítica ha sido con La Piel que habito, de Almodóvar. Una pena porque no hay nada más placentero que enfrentarse a la creación desde el desconocimiento.
Para concluir me gustaría pedir disculpas por si alguien se ha sentido mal con cualquiera de las entradas, porque nunca ha sido la finalidad, pero cada uno lee lo que quiere leer y sólo aquellos creadores que aceptan la crítica, y al leerla son capaces de mejorar los fallos sin culpar al crítico serán los que alcancen a vivir de su creatividad. Agradezco a La Compañía de César Martín, al Centro Dramático de Ceuta y a ConMedia Farsa por no participar de este juego que algunos quieren crear y que sólo consiguen manchar la cultura ceutí. Yo desde este blog seguiré contribuyendo a la difusión del teatro y otros acontecimientos culturales de Ceuta.
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